Madre , que estás llena de la Divina Presencia, aceptaste con humildad tu destino, viéndolo con claridad sin enredos ni confusiones, junto a tu Hijo con sencillez y paciencia, dando así ejemplo, de como desenredar la madeja de nuestras vidas, poniendo así más claros los lazos que nos unen. Madre nuestra, que con tu corazón materno tienes la gracia de desatar los nudos que entorpecen nuestras vidas, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones, que nos impiden vivir en equilibrio y armonía. Por tu gracia, por tu intercesión, desata los nudos para que nos libres de toda confusión y error, hallando la Presencia Divina en todo, y la tengamos en nuestros corazones para poder compartirla siempre con nuestros hermanos sin limitaciones. Amén. Con amor Mikaela.
viernes, 8 de mayo de 2009
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